La primera vez que oí hablar de “adicción al sexo” fue en 2010, cuando Tiger Woods anunció al público que se abandonaría la Gira de la PGA para entrar en rehabilitación. El anuncio conmovió al mundo del deporte y desató una conversación sobre una adicción que parecía ocurrir solo en Hollywood.
Desde entonces, el término “adicción al sexo” y el diagnóstico de la misma han ganado cierto reconocimiento público y científico, y esta semana este padecimiento se utilizó de fundamento para la demanda por discriminación basada en la discapacidad de un ex empleado.
El 30 de noviembre, la demandante Karen Manson presentó su demanda ante un tribunal federal de Texas. Manson aduce que le diagnosticaron adicción al amor y/o al sexo, lo que exigía que asistiera a terapia y limitara sus interacciones privadas con miembros del sexo opuesto. El relato de Manson es que había trabajado de directora de operaciones de Tecnología Informática y desempeñado como una empleada ejemplar, pero poco después de informar a su supervisor que le habían diagnosticado adicción al amor y/o al sexo, fue despedida.
Manson sostiene que la adicción al sexo es una discapacidad según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (“Americans with Disabilities Act” o “ADA”), la cual se define como un padecimiento mental o físico que limita sustancialmente una o más de las actividades principales de la vida de un empleado Ella además alega que estaba calificada para llevar a cabo su función de directora de operaciones de Tecnología Informática, pero que su empleador decidió despedirla en lugar de tomar en cuenta acomodaciones razonables para su discapacidad.
La demanda por discriminación de Manson tendrá que superar ciertas cosas que dice la “ADA”, que expresamente excluyen las siguientes condiciones de la definición de “discapacidad” según esa ley:
- Homosexualidad y bisexualidad
- Travestismo, transexualismo, pedofilia, exhibicionismo, voyerismo, trastornos de la identidad de género que no sean el resultado de impedimentos físicos y otros trastornos de la conducta sexual;
- Jugar al azar compulsivamente, cleptomanía y piromanía; y
- Trastornos por uso de sustancias psicoactivas que se deriven del actual uso ilegal de drogas.1
La pregunta que se va a tener que hacer el tribunal va a ser si la adicción al sexo es uno de esos “otros trastornos de la conducta sexual” excluidos de la protección de la ADA.
Actualmente, la Comisión de Oportunidades Igualitarias de Empleo (“EEOC” por “Equal Employment Opportunity Commission”) considera que la adicción al alcohol es una discapacidad protegida según la ADA. Por otra parte, la ADA, como se mencionara anteriormente, excluye de su protección la adicción a los juegos al azar y a las drogas ilícitas, pero la recuperación de un empleado de tal tipo de adicciones sí está protegida.
Incluso hoy día, la comunidad científica está dividida en cuanto a la categorización de la adicción al sexo. Prominentes organizaciones de la salud como la American Psychiatric Association (APA) no clasifican la conducta sexual compulsiva como un trastorno mental diagnosticable mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la adicción sexual constituye una enfermedad mental.
Los empleadores deben notar que no se les impide disciplinar a un empleado que tenga una discapacidad por haber cometido una infracción de la política empresarial sobre la conducta en el lugar de trabajo. Por ejemplo, si un empleador descubre pornografía en la computadora de un empleado, el empleador de todas maneras puede disciplinar legalmente a ese empleado por violar una política sobre el uso de las computadoras. Por lo tanto, incluso aunque la ADA protegiera la adicción al sexo y/o a la pornografía, al empleado se le podría someter legalmente a medidas disciplinarias siempre y cuando la política sobre uso de las computadoras esté relacionada con el trabajo y sea compatible con las necesidades de la empresa.
1SEC. 511. LEY DE ESTADOUNIDENSES CON DISCAPACIDADES DE 1990, 1990 Promulgado Proy. Ley Sen. 933, 101 Promulgado Proy. Ley Sen. 933, 104 Ley Legislativa (Statute) 327, 376, 101 Ley Pública 336, 1990 Promulgado Proy. Ley Sen. 933, 101 Promulgado Proy. Ley Sen. 933