Recientemente di una charla en la Conferencia y Exposición Anuales del 2018 de la SHRM en Chicago, y mi tema fue “Problemas de salud que no son un mero estornudo: Sensibilidades a sustancias químicas, chinches, Zika y vacunas contra la gripe”.
La Society for Human Resource Management (SHRM) atrajo a más de 18,000 asistentes. Fue una fantástica oportunidad para ventilar los asuntos legales que los empleadores encaran al tratar de controlar el brote de una enfermedad y demás problemas que afectan la salud de los empleados. A continuación aparecen mis principales puntos a recordar para aquellos que no pudieron asistir.
Sensibilidades a sustancias químicas:
El proporcionar un centro de trabajo libre de fragancias y sustancias químicas es algo probablemente imposible. De todos modos hay muchas medidas que el empleador puede tomar para ser de utilidad y cumplir con su obligación de llevar a cabo un proceso interactivo y razonable de acomodaciones.
Entre estos ejemplos se encuentran: proveer mejor ventilación, hacer posible trabajar desde la casa, eliminar el uso de insecticidas y agentes de limpieza tóxicos, ofrecer máscaras y otros dispositivos de protección a los empleados, pedir que los compañeros de trabajo limiten el uso de los perfumes, y dar capacitación.
Chinches:
Algunos centros de trabajo tienen graves problemas con estos insectos. Los empleadores deben tomar en serio cualquier tipo de infestación. Eduque a los empleados e implemente procedimientos para proteger a empleados y a visitantes. Las lesiones que se deban a chinches se deben reportar a la compañía de seguros igual que cualquier otra lesión en el trabajo. Algunos empleadores recomiendan pagar los servicios de exterminación de las casas de empleados que se hayan infestado como resultado de una infestación en el centro de trabajo. Una recomendación: pedir a los empleados cuyas viviendas se hayan infestado que se queden en casa hasta que el exterminador haya confirmado que están libres de chinches.
Zika:
Los empleadores no pueden asumir un papel paternal sobre sus empleados. Los empleadores no les pueden prohibir a empleadas embarazadas que viajen a zonas donde existan enfermedades (recuerden el pánico por el Zika). Si una empleada embarazada indica que le preocupa su propia seguridad o la de su feto si tiene que viajar a una zona infestada de Zika, el empleador tiene que explorar seriamente acomodar esas inquietudes de manera razonable.
Vacunas contra la gripe:
Las políticas de vacunación obligatoria por lo general son aceptables. Deben incluir un “procedimiento de escape” para las empleadas que estén embarazadas o personas que objeten a vacunarse por motivos médicos o religiosos. Porque un empleado sencillamente objete esto no quiere decir que está automáticamente exento de cumplir. Sin embargo, el empleador debe analizar una serie de factores antes de determinar si una exención a vacunarse impone una dificultad indebidamente onerosa, incluso en un ambiente de consultorio u hospital. El empleador de todas maneras debe considerar la solicitud de exención del empleado, incluso después de que el plazo para presentarla ya haya vencido.
El navegar los escollos que presentan los problemas médicos en el centro de trabajo no es “ningún estornudo”, y los temas expuestos aquí anteriormente son solo unos de los pocos escenarios que los empleadores confrontan diariamente. Es buena idea consultar con su abogado para asegurarse de que las políticas y los procedimientos relacionados con los temas de la salud ya estén implementados… ¡para protegerlo a usted de futuros “dolores de cabeza” con Recursos Humanos!