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Imaginémonos que estamos interpretando una obra de teatro. Usted es el Director de Recursos Humanos y Juanita es una empleada en su compañía:

Juanita: Me he estado sintiendo ansiosa y deprimida desde que regresé al trabajo de mi licencia médica.

Director de RR.CC.: Lo siento, Juanita. Espero que te sientas bien pronto. ¿Hay algo que yo pueda hacer para que tu transición al trabajo sea más fácil?

Juanita: De hecho, sí. Mi ansiead y depresión parecen agravarse con las horas pico del tráfico.

Director de RR.CC.: Sé lo que me estás diciendo. Yo mismo me quiero halar los pelos cuando voy y vengo del trabajo todos los días.

Juanita: De verdad que me está costando trabajo y me parece que, si empezara a trabajar en un horario de 10 a 4, que eso me ayudaría porque así evito las horas pico de la mañana y de la tarde. ¿Estaría bien?

Director de RR.CC.: Déjame pensarlo, Juanita, y te doy una respuesta está tarde.
(clave para “Déjame conversalo con mi abogado de derecho laboral”)

Juanita: Bien, y aquí tengo una nota de mi médico, que me aconsejó que evitara el tráfico y que eso me iba a aliviar la ansiedad y la depresión.

¿Le parece increíble? No. Es la realidad.

Una empleada en Nueva Jersey recientemente presentó una demanda aduciendo que su empleador se había negado a acomodar su “ansiedad y depresión” que se agravaba con “la aglomeración de vehículos que experimentaba durante las horas pico de tráfico”. La empleada, una asesora de mercadeo, pidió un horario modificado con el cual ella pudiera llegar después de las horas pico e irse antes de las de la tarde. La empleada aduce que solicitó esta acomodación “por orden” de su doctor.

Así que, como Director de Recursos Humanos… ¿usted concedería esta acomodación?

En su demanda, la empleada adujo que su empleador le cambió el horario por un corto tiempo, pero que después se negó, le bajó de categoría sus tareas a “de oficina” y terminó despidiéndola.

Póngase usted en la posición de ese Director de Recursos Humanos, y su reacción visceral buen pudo haber sido la de negar esa solicitud de acomodación porque era irrazonable. Pero tomemos un paso atrás. Una incapacidad puede ser física o emocional, por lo tanto es muy posible que la ansiedad y depresión de la empleada le limitan actividades importantes de su vida, y un horario modificado de trabajo puede ser una acomodación razonable de acuerdo con la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA). Así que, mientras que no tengamos todos los datos de este caso (incluso que si el horario modificado habría estado en conflicto con las tareas esenciales de la empleada o que por otros motivos habría sido irrazonable), no deberíamos dejar a un lado tan a la ligera esta solicitud como algo “que no tiene lógica.”