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Los negocios a menudo les piden a los clientes que firmen renuncias a ciertos derechos antes de alquilarles un jetski, una tirolesa para deslizarse por un cable, un salvavidas o incluso para que su hijo pueda dar saltos en un trampolín o en una “casita de brincadera”.  ¿Pero puede una empresa hacer uso de una renuncia para evitar responsabilidad si un cliente contrae COVID-19 después de visitar el negocio?  Al igual que el coronavirus, que es un virus nuevo, este es un asunto jurídico novedoso.

Según las leyes de la Florida, estos tipos de renuncia se llaman “acuerdos exculpatorios” y se les mira con malos ojos.  Sin embargo, los tribunales pueden exigir que se cumpla con una renuncia, incluso eximiendo al propietario del negocio de su propia negligencia, siempre y cuando el acuerdo se expresó de manera clara y entendible para que así la persona común conocedora supiera a qué estaba renunciando al firmar el contrato.  La mejor práctica es que el acuerdo exprese claramente que el firmante está eximiendo al negocio de responsabilidad incluso de su propia negligencia. Bajo esas condiciones, los tribunales exigen el cumplimiento de contratos exculpatorios siempre y cuando no infrinjan lo que dispone el orden público sobre esa materia.

Son las restricciones que establece el orden público las que pueden impedir que el cumplimiento con una renuncia relacionada con el COVID-19 sea exigible.  El negocio que no tome las medidas adecuadas para proteger al público y a sus empleados del nuevo coronavirus podrá tener dificultades en convencer al tribunal de que lo exima de responsabilidad… dando por supuesto que el demandante pueda probar que dicho negocio fue el origen de la infección.  Con respecto a los empleados, es muy poco probable que el negocio, a través de un contrato de renuncia, se pueda librar de su obligación de proveer un lugar de trabajo seguro.  Asimismo, aunque no está claro si la ley de compensación de accidentes y enfermedades laborales del estado de la Florida cubre una exposición al nuevo coronavirus “relacionada con el trabajo”, la ley de ese estado sí prohíbe que se renuncie a la compensación de lesiones relacionadas con el trabajo.

A un negocio las renuncias le pueden servir de muy poco para protegerse de reclamaciones de sus propios empleados.  Las renuncias pueden ser más efectivas para proteger al negocio de las reclamaciones de sus clientes.  El mejor método es seguir las pautas y requisitos federales, estatales y locales para tratar de reducir la diseminación del COVID-19 y de esa manera aumentar al máximo la probabilidad de que los tribunales exijan el cumplimiento con su contrato de renuncia.