horrible bossView English Version Here

En la película “Horrible Bosses” (traducida al español como “Quiero matar a mi jefe”), tres amigos conspiran para asesinar a sus jefes porque se dieron cuenta de que este los hacía sentir infelices y era un estorbo para sus planes. Aunque la mayoría de los empleados no lo llevan a ese extremo (¡eso espero!), en la vida real sí ocurren conflictos entre empleados y sus supervisores. Recientemente, en el caso Higgins-Williams contra. Sutter Medical Foundation, una empleada llegó incluso a demandar a su patrono, aduciendo que el no poder trabajar con su jefe constituía una “discapacidad”.

Una asistente clínica en un centro médico de California adujo que tuvo ir al médico debido al estrés causado por las interacciones con la oficina de recursos humanos y su jefe. Su médico le diagnosticó que tenía un “trastorno de ajuste con ansiedad”. La empleada pidió licencia de su trabajo. Su empleador le concedió una licencia de ausencia “relacionada con el estrés”. Después de regresar al trabajo, la empleada adujo que su jefe fue “brusco y abrupto” con ella (pero amistosos con los demás) y que “la agarró por el brazo y le gritó”. Como resultado de ello, sufrió un ataque de pánico y se fue del trabajo.

La empleada entonces pidió que la transfirieran a otro departamento “para siempre” y que le concedieran una licencia adicional para acomodar su “discapacidad”, la cual le concedieron. Después de varios meses, el empleador solicitó documentación para saber si la empleada tenía aprobación médica para regresar al trabajo. Al no proporcionarse dicha información, despidieron a la empleada. Ella presentó la demanda aduciendo – entre otras cosas – discriminación por discapacidad.

El tribunal desestimó el caso y falló que la empleada no tenía una “discapacidad que calificara”. La estresada empleada (que no estaba lo suficientemente estresada como para olvidarse y dejar atrás el asunto) presentó una apelación.

La Corte de Apelaciones de California falló que el no poder trabajar con un jefe específico no constituye una “discapacidad”. La Corte subrayó que de acuerdo con la Ley de Vivienda y Empleo Justos de California (nuestro estado tiene una legislación similar: la Ley de Derechos Civiles de la Florida), el estrés y la ansiedad relacionada con éste de por sí no constituyen una discapacidad que califique. “El que un empleado no pueda trabajar con un supervisor en particular a causa de la ansiedad y el estrés relacionados con la supervisión que este realiza… no constituye una discapacidad”. En otras palabras, la Corte decidió que como la empleada sí podía trabajar – solo que no para ese supervisor – ella no padecía de una discapacidad.

Esto no es decir que la ansiedad que le impida trabajar a un empleado no pueda constituir una discapacidad. En este caso, la corte meramente falló que la ansiedad que le impida a un empleado trabajar con un jefe específico no está protegida por la ley.

La película “Horrible Bosses” tuvo suficiente éxito como para generar una continuación. Sin embargo, el conflicto de la vida real que mencionamos entre un jefe y una empleada terminó con una victoria para el empleador.