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Otra metedura de pata en los deportes crea otra oportunidad para bloguear.

En el 3er cuarto del juego NBA de los Clippers de Los Ángeles contra los Cavaliers de Cleveland el jueves pasado, a Chris Paul, el base “All-Star” de los Clippers, le adjudicaron una falta técnica al cuestionar la decisión de un árbitro novato.

El árbitro resultó ser árbitra… Lauren Holtkamp.

¿Ve en qué dirección se dirige esto?

En una entrevista después del juego, Chris Paul expresó su frustración:

Creo que tenemos que demostrar más ecuanimidad, pero, entre tanto, algunas de [las faltas técnicas] fueron ridículas. . . La que me dieron allí fue ridícula. No me importa lo que nadie diga ni me importa lo que ella diga. Es terrible. No hay manera que eso pueda ser una falta técnica. Cada una de las veces tratamos de pasar la pelota rápido por la cancha y, cuando lo hacíamos, ella decía ‘Ah-ah’, o sea, que eso no se debía hacer. Y yo dije: “¿Por qué eso de ‘ah-ah’?” Y me dio una falta técnica. Eso es ridículo. Si ese es el caso, quizá esto no sea para ella.

Esas últimas 6 palabras… “quizá esto no sea para ella” (y en el inglés original también fueron seis: “this might not be for her”) han desatado un considerable debate en los programas radiales y televisivos de deportes. ¿Qué quiso decir Chris Paul con esto? ¿Sugirió que no hay lugar para árbitras en la NBA?

La NBA multó a Chris Paul $25,000. ¿Se le multó por hacer un comentario que se podía interpretar como sexista, por criticar públicamente a un árbitro o por una combinación de los dos?

No me atrevo a opinar sobre lo que Chris Paul quiso decir. Sí sé, sin embargo, que varias personas de las que llamaron a los programas radiales no vacilaron en expresar sus puntos de vista sexistas de que no hay lugar para árbitros mujeres en los deportes masculinos. Eso lo oí yo mismo. Incluso el conocido comentarista deportivo radial  Christopher “Mad Dog” Russo insinuó fuertemente el viernes por la tarde que el tendría un problema con que hubieran árbitras femeninas en la NFL ya que se podrian lesionar.

Y aunque el comentario de Chris Paul ha recibido considerable atención en el mundo de los deportes en los últimos días, los estereotipos — estén basados en el sexo, la edad, la incapacidad, la raza o cualquier otra “clase protegida” — presentan obstáculos en los centros de trabajo todos los días. La mayoría de los empleadores se esfuerzan por crear centros de trabajo que sean justos para todos y libres de estereotipos, mediante entrenamiento e implementación de políticas acertadas. Pero tengan presente, sin embargo, que el entrenamiento y las políticas tal vez no basten para llegar a la meta. La diversificación de la fuerza laboral a todos los niveles es vitalmente importante. Si, por ejemplo, los empleados no ven que las mujeres ascienden por la escalera corporativa, en ese caso usted, al igual que Chris Paul, tal vez esté dando el mensaje (sin darse cuenta) de que las mujeres no sirven para ciertos trabajos.

El Título VII sí reconoce la defensa del “atributo ocupacional de buena fe” (“bona fide occupational qualification” o “BFOQ”) contra casos de discriminación intencional basados en la religión, el sexo o el origen nacional, y la ley ADEA (por “Age Discrimination in Employment Act”) reconoce una defensa similar para casos de discriminación basados en la edad. Esto quiere decir que bajo CIERTAS CIRCUNSTANCIAS MUY LIMITADAS se permite la discriminación intencional cuando la religión, el sexo, el origen nacional o la edad son razonablemente necesarios para la esencia de las operaciones empresariales (piensen, por ejemplo, en una pieza teatral que exija que un hombre desempeñe el papel del protagonista). Pero no base su defensa basada en los atributos ocupacionales “BFOQ” sobre cuestiones laborales sin consultarlo primero con su abogado.