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Es la época más maravillosa del año… ¡la temporada de fútbol! En mi casa, es todo fútbol, todo el tiempo: fútbol universitario (martes, miércoles, jueves y sábado), fútbol profesional (domingo, lunes y jueves), “Total Access” de la NFL, “Game Day” de la ESPN, etc. Mi esposo y yo incluso vemos “Hard Knocks” de HBO, que sigue a los Falcons de Atlanta a lo largo de su pretemporada.

En uno de los episodios, el entrenador de equipos especiales repasaba el video de un juego pretemporada con sus jugadores. El entrenador hablaba muy animado y constantemente decía malas palabras para expresar su desencanto con el desempeño de los jugadores y las expectativas que tenía para el próximo juego. Los jugadores no respondían. Miraban fijo hacia adelante o hacia abajo a sus libretas de jugadas.

Este tipo de arenga “para ponerlos en su lugar” crítica e intimidante parece ser aceptable en el fútbol profesional. Sin embargo, no es lo que los empleados deben soportar en sus trabajos ni lo que la mayoría de las organizaciones esperan de sus líderes. (¡Por eso es que no se usan cascos en la oficina!) Las organizaciones buscan líderes que inspiran, motivan, apoyan, empoderan y captan el interés de los empleados de una manera positiva para que saquen lo mejor de sí a fin de impulsar y lograr las metas de la empresa.

Así que tengo un reto de “día de juego” para los profesionales de Recursos Humanos: identifiquen los líderes en su organización que satisfacen estas expectativas. Tomen acciones para apoyar y ampliar sus esfuerzos. Por otro lado, determinen qué líderes en su organización utilizan la intimidación, el microcontrol y la crítica para administrar a sus empleados. Establezcan procedimientos para facilitar un cambio positivo hacia captar el interés y compartir el poder con estos empleados. Esto no quiere decir que a los empleados que se están subdesempeñando no se les debe criticar, que sí se les debe, pero estas cosas se les deben decir profesionalmente.

Para los líderes que se están subdesempeñando, un cambio positivo en su estilo gerencial puede ejercer un efecto tangible en la productividad y la satisfacción de los empleados. Como reportó Gallup en su Informe sobre los centros de trabajo en los Estados Unidos en el 2013, los empleadores que lograban interesar a sus empleados logran más ganancias, más productividad y un crecimiento más rápido y sostenible. El cambio positivo también puede reducir la probabilidad de demandas judiciales presentadas por empleados que intenten disfrazar el duro estilo administrativo de sus líderes como una fachada para justificar reclamaciones basadas en la discriminación, el acoso y la retribución de carácter ilícito.

Así que… ¿están listos para el fútbol?