fantasy footballView English Version Here

El fútbol puede ser fantasía… ¿pero cuán real es su efecto en su centro de trabajo? Un reciente informe emitido por Challenger, Gray & Christmas, Inc., una firma de asesoría sobre asunto de empleo, expresa que el fútbol de fantasía, que se calcula tiene 31 millones de participantes de edad laboral, les puede costar a los empleadores cerca de 14 mil millones de dólares.

De acuerdo con la Fantasy Sports Trade Association (sí, parece que existe tal cosa):

  • El participante promedio de fútbol de fantasía se pasa 3 horas a la semana administrando su equipo; y
  • Algunos participantes se pasan hasta 9 horas semanales leyendo o viendo algo relacionado con deportes de fantasía.

Challenger reconoce que los números en este “estudio no científico” son difíciles de cuantificar y que son, en gran parte, “una total conjetura”. Añade que aunque el efecto de los deportes de fantasía en la productividad constituye un asunto interesante, es algo que probablemente no significa nada para la economía y que tenga un impacto muy pequeño, si es que tiene alguno, en las ganancias de la empresa.

El informe también aclara que su objetivo no es “demonizar el fútbol de fantasía” y también menciona sus posibles beneficios, que incluyen un aumento en la moral y camaradería del grupo, tal como:

• el 40% de los encuestados dijo que “la participación en deportes de fantasía tiene una influencia positiva en el centro de trabajo”; y

• el 20% dijo que su participación en deportes de fantasía les permitió obtener un valioso contacto para los negocios.

¿Sugerimos que los empleadores empiecen a despedir a los empleados que buscan ansiosamente agentes libres en alguna liga en lugar de trabajar… o que los potenciales beneficios de los deportes de fantasía lo motiven a usted a patrocinar ligas de fantasía en su centro de trabajo? No le sugerimos ninguna de las dos cosas.

Como con cualquier otra política de la empresa que, si se lleva a un extremo, puede afectar la moral de los empleados, el enfoque más prudente puede ser tratar a los deportes de fantasía como cualquier otra “actividad social” que tenga lugar en el centro de trabajo. Implemente políticas basadas en la moderación… para que usted se sienta cómodo de que no se está perdiendo productividad y que el empleado también se sienta cómodo (y quizá se pueda jactar de un trueque estratégico).

En última instancia, en el caso de que un empleador tome una posición con respecto a los deportes de fantasía, recomendamos que esa posición guarde conformidad con otras políticas sobre temas similares — por ejemplo, el uso de la Internet, de los medios sociales o de los celulares durante horas laborales — y que la política se les explique a los empleados y se aplique uniformemente.

Esto es algo que pensar hasta que vuelvan “March Madness” o la próxima Copa Mundial…