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Aunque no hay duda de que la productividad de los empleados constituye un tema de preocupación para todos los empleadores, hay por lo menos un estudio que respalda la idea de que recesos cortos “para usar los teléfono inteligentes” en el día laboral quizá no solo sean una cosa inevitable sino de hecho algo bueno.

Un candidato al doctorado en Kansas State University investigó el impacto que tienen estos recesos en la felicidad y bienestar general de los empleados. Para llevar a cabo el estudio, se desarrolló una aplicación para llevar cuenta en privado del uso que hacían los participantes a través de sus teléfonos inteligentes en el transcurso del día laboral de los medios sociales y de otras aplicaciones de entretenimiento. Al final de cada día, a los usuarios se les encuestaba acerca de su estado emocional.

El estudio encontró que los participantes empleaban un promedio de 22 minutos en sus teléfonos inteligentes en un día promedio laboral de 8 horas. (No estuvo claro si estos 22 minutos eran aparte de los recesos rutinarios para tomar agua o café). El estudio también concluyó que los empleados que se tomaban los recesos para acceder a sitios tales como Facebook, Twitter e Instragram, se iban más contentos del trabajo.

El autor del estudio expresó la analogía de que tomarse un breve receso para mirar la página en Facebook de un familiar o amigo era equivalente a tomarse un café o conversar con compañeros de trabajo. Como los teléfonos inteligentes pueden proveer un necesitado descanso a un exigente día laboral de 8 horas, no es fuera de lo común que los empleados que visitaban estos sitios salieran del trabajo más contentos.

Por supuesto, este estudio deja muchas preguntas sin respuesta. Por ejemplo… ¿qué efecto tiene este tipo de receso en la productividad general de los empleados? ¿A los empleados a los que se les encuestó se les pidió que determinaran si esto causó un impacto en su productividad? No nos malinterpreten. Estamos de acuerdo en que los empleados que son más felices tienden a ser más productivos y con menos tendencia a disentir o a “quemarse”. Sin embargo, los empleados felices quizá no siempre cumplan con las normas de productividad de sus empleadores.

De todas formas, el estudio sí ilustra lo obvio. Los teléfonos inteligentes están aquí para quedarse y todos los empleadores deben asegurar que sus políticas sobre el uso de las computadoras y de la tecnología de la información tomen en consideración el uso que los empleados hagan de los teléfonos inteligentes en el día laboral. Estas políticas deben considerar no solamente el uso de los teléfonos inteligentes durante horas de trabajo sino también a qué tipo de información pueden (y no pueden) acceder los empleados a través de esos teléfonos. Además, estas políticas se deben aplicar uniformemente para evitar reclamaciones de tratamiento desigual.