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Todo está listo. El “Super Bowl 51” nos llega en dos semanas.  Pero… ¿estarán listos sus empleados?

En enero de 2016, el Workforce Institute realizó una encuesta para evaluar el impacto que tiene el “Super Bowl” en la productividad laboral al día siguiente. De acuerdo con el estudio, el 77% de los estadounidenses proyectaban ver el “Super Bowl”. El mismo estudio calculó que 1 de cada 10 trabajadores en los Estados Unidos (aproximadamente 16.5 millones de adultos que estaban empleados en el 2016) faltarían al trabajo el día después de este evento deportivo. De esos 16.5 millones, casi 10.5 millones pidieron ese día libre por adelantado.  Estas cifras no explican los 7.5 millones de empleados que se estima van a llegar al trabajo tarde.

Sin ofender a los Broncos de Denver ni a los Panthers de Carolina, pero el año 2016 no tuvo nada de especial. Los consultores de cuestiones laborales calculan que cada año la caída en la productividad del día después del “Super Bowl” les cuesta a los empleadores cientos de millones de dólares.  Después de todo, tal parece que todo el mundo quiere compartir sus opiniones acerca de la última jugada del partido o sobre cuál fue el mejor comercial. A lo largo de los últimos años, ha habido grupos que han pedido a la Casa Blanca y al Congreso que conviertan el lunes después del “Super Bowl” en un día feriado federal llamado el “American Sports Holiday” o “ASH Monday.” Aunque creemos que es muy poco probable que el gobierno federal convierta ese lunes en un “ASH Monday”, y si bien las ausencias y tardanzas que ocurren un solo día del año no van a hacer que la mayor parte de los gerentes vayan corriendo a quejarse a Recursos Humanos, el ausentismo y las tardanzas de carácter crónico si pueden, por supuesto, constituir un grave problema.

No queremos arruinarles el Juego más grande del año a todos nuestros profesionales de Recursos Humanos asociándoles de ahora en adelante la fecha del “Super Bowl” con cuestiones de políticas laborales (¿o es ya demasiado tarde?). Pero el comienzo del año es un buen momento para revisar y actualizar (o hasta implementar) las políticas laborales… incluso las que tengan que ver con ausencias y tardanzas.  Las políticas eficaces que lidian con ausencias y tardanzas establecen un balance entre el tiempo libre que necesitan los empleados y las exigencias que las circunstancias imponen a la empresa.  Y, como con la mayoría de las políticas laborales, las relacionadas con el ausentismo y las tardanzas tienen mayor efecto cuando se comunican, supervisan y aplican adecuada y sistemáticamente.

Así que hasta la próxima… ¡disfruten el Juego!