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Las infecciones causadas por la COVID-19 van en aumento y esta semana los CDC y la FDA aprobaron una nueva vacuna de refuerzo, recomendando que todas las personas elegibles reciban la nueva vacuna (así como contra la gripe) este otoño. ¿Volveremos a las órdenes de enmascaramiento y las cuarentenas? No. Pero con el reciente aumento de infecciones, tal vez este sea un buen momento para recordar a sus empleados los protocolos contra la COVID-19, ya que es probable que más empleados se enfermen en los próximos meses… es claro que esta enfermedad no va a desaparecer. Por lo tanto, he aquí algunos recordatorios resumidos de la  guía reciente del Departamento de Trabajo para sus empleados.

Si un empleado padece de fiebre o escalofríos, o tiene otros síntomas nuevos o inexplicables compatibles con la COVID-19, como tos nueva o inexplicable, falta de aliento o dificultad para respirar, pérdida nueva o inexplicable del gusto o del olfato, o nuevos o inexplicables dolores musculares, deberá quedarse en casa.

Toda persona que desarrolle fiebre, escalofríos u otros síntomas nuevos o inexplicables compatibles con la COVID-19, o cuya prueba para esta enfermedad dé positivo, mientras esté en el lugar de trabajo durante la jornada laboral deberá usar una mascarilla o respirador de alta calidad (como una N95) e irse prontamente del trabajo.

Los empleados que se sepa han estado expuestos a alguien con la COVID-19 pero que no presenten síntomas deberán  seguir las pautas de los CDC sobre hacerse las pruebas. Durante 10 días después de la exposición, esa persona deberá: seguir de cerca los síntomas de la COVID-19, usar una mascarilla o respirador de alta calidad mientras esté en el interior de la oficina, y tomar precauciones adicionales, como aumentar el espacio y la distancia que la separe de los demás.

Toda persona que sea probable tenga la COVID-19, o que esto ya se haya confirmado, no deberá ir a la oficina. Esto incluye a personas cuya prueba vírica inicial de diagnóstico dé positivo, independientemente de que tengan síntomas o no, así como a las personas que ya tengan síntomas, lo que incluye las personas que estén esperando el resultado de la prueba o que no se la hayan hecho.

Las personas cuyas pruebas dieron positivo a la COVID-19 y que nunca desarrollaron síntomas podrán regresar al trabajo después de 5 días completos después de su prueba positiva (el día 0 es el día en que esa persona se hizo la prueba).

Las personas cuya pruebas dieron positivo y que tuvieron síntomas deberán  regresar a trabajar solamente después de 5 días completos después del inicio de los síntomas (el día 0 es el día de inicio de los síntomas), después de que no hayan tenido fiebre durante 24 horas sin el uso de medicamentos para bajar la fiebre, y que sus demás síntomas estén mejorando.

Una vez que el empleado haya regresado al trabajo después de que su prueba haya dado positivo a la COVID-19 y de haber estado aislado conforme a las pautas de aislamiento de los CDC, deberá seguir tomando precauciones según esas pautas durante por lo menos 10 días completos después del primer día de los síntomas, o después la fecha de una prueba vírica positiva para personas asintomáticas, lo cual incluye el uso de mascarilla o respirador de alta calidad (como una N95) cuando esté cerca de los demás, evitar comer y beber cerca de ellos, evitar ambientes como comedores, gimnasios u otros lugares donde quizá tengan que quitarse las mascarillas delante de otras personas, así como evitar estar cerca de personas que saben tienen alto riesgo de contraer una COVID-19 grave. Si en algún momento los síntomas de la COVID-19 reaparecen o empeoran, esa persona deberá abstenerse nuevamente de ir al trabajo.

Con suerte, con una comunicación clara de lo que se espera de sus empleados, usted podrá mantenerlos sanos y seguros mientras sigamos lidiando con la COVID-19.